Chaval, estás jodido.
El éxito o fracaso de la intervención en un problema complejo depende de los profesionales que lo abordan.
“No vas a volver a practicar ciclismo”
Estas palabras, en boca de un médico, me bloquearon el pasillo que va desde la boca a los pulmones. El ciclismo era mi vida. A mi primera novia le dije que el ciclismo era más importante que ella. A la segunda no se lo dije, pero porque no hacía falta.
En 2015 sufrí una rotura parcial del tendón cuadricipital izquierdo. Lo más trágico es que esto ocurrió en la camilla de un fisioterapeuta, mientras me forzaba a un estiramiento del cuádriceps. En ese momento, sentí una punzada de dolor encima de la rótula que no desaparecía, pero nunca pensé que llegaría a ser tan grave.
El problema no solo fue solo esa rotura, sino el tratamiento posterior. Fui a un médico deportivo, le conté la historia que había pasado y que competía, y ¿sabéis qué fue lo que hizo?
Me infiltró cortisona en la rodilla.
Pero resulta que la cortisona quita el dolor durante unos días, pero no el daño. Es más, la cortisona inhibe el proceso inflamatorio que permite la recuperación, haciendo que el tendón no reaccionase al paso del tiempo.
Por culpa de esta medida iatrogénica, tenía un tendón roto que encima no se curaba porque ni siquiera estaba inflamado. Ahí es cuando me dijeron esto. Chaval, si te gusta la bici estás jodido.
(En otro orden de cosas, vaya puta mierda de profesional el que me dijo esto. Era un radiólogo o como se diga al médico que hace pruebas diagnósticas. Por un lado porque no fué verdad, y por otro porque aprender un poquito de psicología tampoco le hubiera costado mucho).
No quiero que este email se entienda como una crítica a fisios o médicos deportivos.
Si me curé, también fue por dejarme tratar y asesorar por otros médicos y fisios que con paciencia y tratamiento me permitieron volver a tener una rodilla totalmente funcional.
El punto clave es que tanto los primeros que me trataron como los últimos tenían la misma titulación y ejercían el mismo trabajo. Dos fisios y dos traumatólogos. Uno te cura y el otro te destroza la vida, ¿cómo es posible?
Curar a una persona, entrenarla o asesorarla es un Problema Complejo. Complejo en el sentido de que no hay una solución estandarizada que se pueda usar y que sirva para todo el mundo.
Las personas no venimos con un manual de uso, por más que muchos se empeñen en decir que lo conocen. Si hubiera un manual: es diferente para cada persona, cambia a cada momento y está escrito en un abecedario del que solo conocemos algunas letras.
Y en Problemas Complejos, por su alta incertidumbre, los resultados dependen muchísimo de la capacidad de la persona que los trate.
En el mundo académico hay una diferencia clara entre nutrición, psicología, economía o salud. En el mundo real no hay ninguna línea de separación y todas se influyen mutuamente.
Por tanto, conforme aumenta la complejidad de un ámbito, aumenta la varianza entre los resultados que consigues con mejores o peores profesionales.
Que me perdonen los albañiles, pero por regla general para reformar un suelo conseguirás resultados parecidos con una empresa o con otra. En cambio, si tienes una fractura de ligamento cruzado, o problemas digestivos recurrentes, tendrás resultados muy diferentes según el médico que te trate.
La variación de resultado que obtienes al elegir un buen profesional o no aumenta conforme aumenta la complejidad e incertidumbre del problema.
Si puedes seguir un manual o receta (cosas básicas de gestión, trabajos repetitivos, seguir instrucciones, etc) hay poca diferencia entre un profesional y otro. Pero si no hay manual que seguir, hay una gran diferencia entre distintos profesionales.
Y no es tanto un tema de profesiones, sino de incertidumbre y complejidad del problema en cuestión.
Si tienes una enfermedad o lesión frecuente, como un esguince o una caries, pues cualquier médico o dentista te sirve.
Pero si tienes algo poco conocido o interrelacionado con muchas causas y factores, habrá profesionales que te hagan mejorar, otros que te hagan empeorar y otros que se centren en que mejores a corto plazo a costa de riesgos o problemas futuros en otra parte.
Esto, que vemos tan claro en los médicos, aplica al 100% a los entrenadores, profesores, nutricionistas o psicólogos.
En el tema que me ocupa, me da mucha pena cuando leo a personas que han terminado peor después de trabajar con determinado entrenador, o que han terminado con atracones después de seguir una dieta.
Iatrogenia -hacer caso queriendo ayudar- es una palabra que viene de la medicina. Pero aunque la medicina se lleva la mala fama, la verdad es que nos llevan siglos de ventaja en gestionarla y reducirla. Los médicos son conscientes del problema y han generado estrategias para minimizarla.
En cambio, la mayoría de entrenadores o nutricionistas ni siquiera son conscientes del problema. Y así pasa, que hay gente que empeora tras contratar un entrenador, se lesiona tras hacer una biomecánica o sale más perdido de una formación a cuando entró…
Nos meten a todos en el mismo saco.
Por ejemplo, aunque todos "hagamos" de entrenadores, no se puede comparar a la persona que lleva una vida investigando y formándose para ayudarte con la que se ha metido ahí porque ha visto una oportunidad para ganar dinero o aprobó unas asignaturas en su día y lleva años sin actualizarse.
Yo no puedo luchar contra el sistema tal y como está montado, así que solo me queda centrarme en mejorar un poco la parte en la que puedo intervenir: compartir conocimiento para que los entrenadores-sanitarios estemos cada vez mejor formados.
Por eso te doy todo lo que he aprendido en estos últimos 15 años dedicado en cuerpo y alma al entrenamiento en el próximo II Máster de Entrenamiento de Resistencia.
Tener profesionales más y mejor formados es clave para:
Mejorar la intervención con los deportistas.
Que los malos profesionales sean señalados.
Que los deportistas/pacientes tengan la formación para detectar malos y buenos profesionales.
PD: Entrenadores, médicos, nutris, psicólogos... estamos todos en el mismo barco. Quien no quiera verlo, allá él.