¿Evidencia o efecto arrastre? El problema de copiar a los campeones.
El poder de la narrativa en el mundo del deporte.
Muy poca gente parece darse cuenta que las tendencias que está habiendo en el campo del entrenamiento, la salud o el rendimiento obedecen más a modas que a un progreso realmente científico.
Y es que las modas son muy rentables. Cuando aparece el hype por algo (zona 2, luz roja, torque, vitamina D…) se da un ciclo de crecimiento donde mucha gente va exportando esta idea a los demás, vendiéndose productos, cursos o suplementos.
Este ciclo expansivo de la moda termina cuando casi todo el mundo está familiarizado con ese concepto y dejan de poder ganar dinero enseñándoselo a más gente. Aquí es cuando el Ponzi se cae y aparecen nuevas modas, muchas veces en sentido contrario (como la eterna lucha entre dietas high carb vs low carb; entre la fuerza y la resistencia o entre el volumen y la intensidad).
Poco a poco, el sentido común se va imponiendo y normalmente la verdad está a caballo entre los extremos, pero eso no suele ser rentable y por eso surgen una y otra vez las modas.
Las modas en el entrenamiento hacen que la gente sienta todo el tiempo que están perdiéndose algo importante, ese secreto fácil que hará que mejoren en un año lo que a otros les ha costado una vida.
Hoy en día, la gran mayoría de modas aparecen de copiar a los que ganan. Me dí cuenta de esto el día que vi a Michael Woords tomando bicarb en el mundial de ciclismo. Si en vez de Woods lo hubiera hecho Pogacar o Van del Poel, a partir de ese día hubiéramos tenido a todo el mundo tomando el producto a mitad de carrera, aunque el efecto del producto fuese el mismo.
Woods terminó 54º a 12 minutos de Pogacar.
En el ámbito de las modas, “el ganador se lo lleva todo”.
Cuando era juvenil empecé a correr sin calcetines, porque tenía un entrenador que decía que así era más eficiente (¡y razón no le faltaba!). En las primeras carreras se reían de mí, a la tercera así gané una copa de españa y a la cuarta carrera salieron varios ciclistas sin calcetines. El beneficio o perjuicio de la práctica era el mismo en todas las carreras, pero solo lo copiaron guando gané. (Por cierto, que puestos a vender las marginal gains, los ciclistas deberían correr sin calcetines). Quizá sea el próximo “hack” ;-).
Y es que cuando alguien tiene éxito y se consigue achacar ese éxito a un “truco” o hack, se desencadena la bola de nieve. Los periodistas generan la nueva narrativa: “el secreto de…” “el equipo científico”; y los demás atletas quieren tener las mismas oportunidades que estos campeones “científicos”, así que sus entrenadores deben dárselo sin plantearse si es bueno o no.
Así, poco a poco se va generando una bola de nieve que acaba con que todo el mundo realiza las mismas intervenciones que los campeones, y no porque lleguen a la misma conclusión sino porque simplemente deben copiar la narrativa imperante. Unos (los deportistas) para sentir que están compitiendo con las mismas oportunidades, y otros (entrenadores) para mostrar que están tan actualizados como el que más.
Así vamos, donde en el ciclismo cada año aparece una nueva intervención mágica que todos copian: hace unas décadas se impusieron las bielas largas, y ahora todos buscando las bielas cortas. Hace unos años se puso de moda el entrenamiento polarizado, y ahora la distribución piramidal. Pasamos de la peridiodización nutricional y desayunos cetogénicos de Froome a las dietas ingentes en carbohidratos a diario de hoy en día. De la búsqueda de entrenar a molinillo de Armstrong a el entrenamiento de bajas cadencias de ahora. De buscar la deshidratación controlada de Froome a la hiperhidratación inteligente mediante la anticipación de la tasa de sudoración. Hasta no hace tanto lo mejor para preparar una competición era irse a altitud, y ahora está en no subir a cotas altas…
Cuando nos venden que el secreto de un gran campeón es que hace zona 2, o entrena la fuerza, o come muchos hidratos… ¿Qué pasa, que los entrenadores de los demás equipos viven en el pleistoceno? ¿Es el que gana el único que sabe entrenar en calor? ¿Es el único que toma carbohidratos en carrera?
Y es que el origen de estas modas en el deporte es que se dan a la vez dos dinámicas complementarias:
Los equipos con un éxito sin parangón necesitan generar historias para explicar su rendimiento estratosférico.
Los amateurs están deseosos de encontrar algo que suene como una bala mágica para mejorar rápido.
Y para ello se agarrarán a un clavo ardiendo. Cualquier ciclista retirado nos podrá decir que las series de torque tal y cómo se están haciendo ahora (a ritmos medios, 3-6 minutos) se hacían ya hace 30 o 40 años. Mi primer entrenador ya me las mandaba, hace 15 años. Lo mismo o más si cabe con la zona 2 y el trabajo de baja intensidad.
De aquí a unos años, seguramente estaremos hablando de las series de cadencias muy altas, la importancia de los entrenamientos de alta intensidad y de hacer ayunos periódicos; y se seguirán vendiendo el secreto del campeón de turno, que al ritmo que vamos moverá más de 7 w.kg en 40’ a final de etapa del Tour, gracias a beber agua de mar y caminar descalzo por casa. Y todos lo copiarán, explicando lo equivocados y anticuados que estábamos en 2025.
En el bucle de nunca acabar.